Una fuente de datos se considera localizada cuando se conoce su dirección Internet, consistente en cuatro grupos de números (0-255) que identifican de forma única una máquina dentro de todo el conjunto de redes. Existe un mecanismo que nos oculta las auténticas direcciones, bastante difíciles de memorizar, por cierto, y las sustituye por nombres mucho más intuitivos. Una dirección propia de Internet tiene la siguiente forma: “195.76.188.2”, mientras su alias es “nodo50.org”. Es lo que se llama dirección IP. En el apartado de usuarios y dominios de este Nivel Básico de manuales ampliamos información sobre este importante aspecto.
La naturaleza distribuida de la red tiene un problema asociado: poder saltar o moverse de una fuente de datos a otra. El refinamiento máximo vino con el protocolo de transferencia de hipertexto HTTP, que permitió incluir dentro de un documento enlaces que apuntaban a otros documentos relacionados, pudiendo encontrarse éstos en la misma fuente de datos o en una remota, facilitándose la navegación intuitiva. El moverse entre fuentes de datos situadas en muy diversos lugares supone la utilización de diversas rutas o caminos para llegar a ellos y, por tanto, la efectividad depende de:
- Canal de comunicaciones variable.
- Lejanía física del servidor de información.
- La sobrecarga del servidor.
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